¿Sabes quién es? Seguro que en alguna ocasión has visto esta imagen. Y si te digo que es el mismísimo Drácula, o mejor dicho, ¡El verdadero Drácula! Pues sí, este personaje que se suponía surgió de la cabeza del escritor irlandés Bram Stoker allá por el S.XIX, existió y aunque lógicamente no era un vampiro, conociendo su biografía seguro que ha nadie le hubiera sorprendido.
Aquí os muestro la verdadera historia de Vlad Tepes "El Empalador".
Biografía
Fue uno de los tres hijos legítimos de
Vlad Dracul ("Dracul" en
Rumano significa "el Demonio", el pueblo no entendía que el símbolo del dragón no era lo mismo que el Demonio del
cristianismo), quien fue admitido en la
Orden del Dragón, creada en
1428 por
Segismundo de Luxemburgo, rey de Hungría y posteriormente
emperador germánico. El rey de Hungría había otorgado tierras en la región de Transilvania (entonces controlada por el Reino de Hungría) a los Señores nobles valacos por sus hazañas contra los
turcos otomanos y entre ellos, Vlad II Dracul habría sido uno de los beneficiados por sus heroicos hechos.
Vlad era príncipe de Valaquia (antiguo principado danubiano, que formó con Moldavia el
reino de Rumania en
1881). Hoy en día, constituye dos regiones geográficas bien definidas: la
Muntenia, situada al este del
río Olt, y la
Oltenia, al oeste, e históricamente siempre fueron dos regiones rumanas distintas.
Su traumática infancia fue muy determinante a la hora de formar su futuro como príncipe. A los 13 años, en
1444, fue entregado a los turcos como rehén junto con su hermano
Radu por su padre, como muestra de sumisión al Sultán y como garantía. Fue criado por el mismo
Murat II (padre de
Mehmet II, el cual lo tuvo como a un hermano) en ciudades como
Adrianópolis, Egniojsor, Ened y Ninfamén, con el propósito de evitar una nueva traición por parte del padre de Vlad.
Cuando volvió del exilio supo que en
1447 su padre, Vlad Dracul, había muerto apaleado y a su hermano Mircea le habían quemado los ojos con un hierro candente antes de enterrarlo aún con vida. Ambos hechos fueron ordenados por el conde
Juan Hunyadi (antiguo aliado de Vlad II) y apoyados por los
boyardos (la aristocracia local), a los cuales Vlad tuvo desde entonces odio eterno.
Los turcos lo apoyaron hasta convertirlo en rey de Valaquia (antes incluso llegó a ser Príncipe de Transilvania, pero sólo durante unos meses), en septiembre de
1448, pero los húngaros lo expulsaron unos meses después por orden de Juan Hunyadi.
Durante ocho años Vlad estuvo viajando por los lugares limítrofes de Valaquia buscando apoyo. Se sabe que en este tiempo contactó con su primo
Esteban el Grande de Moldavia, quien lo ayudaría en el futuro contra los turcos cuando éste se convirtió en
voivoda de su país. Además aprendió varias tácticas político-militares.
Estuvo en la corte de Juan Hunyadi, el cual, impresionado por su conocimiento de los turcos y su odio del sultán turco
Mehmed II, lo perdonó y lo tomó como consejero. Eventualmente, se convertiría en el candidato húngaro al trono de Valaquia.
Luchó y descargó toda su brutalidad tanto contra cristianos como contra musulmanes. Defendiendo lo que le convenía en cada momento, luchaba contra aquél que le hiciera pagar tributos.
Tanto musulmanes como cristianos lo tenían por maldito, quedándose él en una posición media, obligando a musulmanes de su país a luchar contra los musulmanes turcos y a los católicos a matar ortodoxos.
El Día de
San Bartolomé de
1459, Vlad hizo empalar a la mayoría de los sajones de
Braşov, una ciudad transilvana que se había rebelado contra él, ya que habían apoyado al pretendiente
Dan II junto con desleales húngaros y rumanos, y a continuación organizó un festín en el centro de este nuevo bosque de empalados aún aullantes, frente a la tarima donde un verdugo descuartizaba lentamente a los cabecillas de la sublevación y sus familias. La peculiar celebración duró hasta muy entrada la noche, cuando, para iluminarse, Vlad y su ejército prendieron fuego a la ciudad ante los ojos de sus 30.000 agonizantes ciudadanos. Incluso a los que no mandó empalar los amontonó e hizo que sus soldados los mataran a sangre fría con espadas, picas y cuchillos. Poco después atacó las ciudades de la región Ţara Bârsei, en donde también hubo varios empalamientos.
Al año siguiente arrasó las ciudades de Amlaş y Făgăraş por rebelión, resultando la gran mayoría de sus habitantes empalados, quemados o muertos en combate. Estas ciudades tardaron varias generaciones en recuperar su población, quedando desiertas algunas de ellas durante un siglo. Vlad, al firmar la paz con Transilvania, exigió que este principado no acogiera a ningún enemigo y que le pagara un tributo de 15.000
Leyenda de vampiro
En la literatura y el cine fue el modelo del género de terror y de
vampiro, ya que se dice que bebía la sangre de sus víctimas en copas mientras comía delante de los empalados. Su sádica personalidad la tomó
Bram Stoker como modelo para su obra
Drácula, escrita en
1897. Para
1976, el gobierno comunista de
Nicolae Ceauşescu lo declaró
Héroe de la nación al cumplirse el V Centenario de su muerte. Se han realizado infinidad de películas sobre el personaje pero casi siempre desde la perspectiva del vampiro y no de su biografía real durante todo el
siglo XX. Existe una película rumana "Vlad Ţepeş" de
1979 que sí es histórica, dirigida por Doru Năstase sobre un guión de Mircea Mohor, donde Ţepeş es presentado como un héroe nacional.
La historiadora (título original en inglés: The Historian) es una obra que narra, en tres épocas diferentes, la búsqueda de la tumba de Vlad Ţepeş, describiendo al mismo tiempo su vida como figura histórica y el mito de Drácula construido a su alrededor. Es la primera novela escrita por
Elizabeth Kostova, publicada en inglés en junio de 2005 y en español en septiembre del mismo año por Umbriel Editores.