“EL BESO”
1950- París
Robert Doisneau

Ohhhhh… se cayó un mito
Doisneau es muy conocido por sus besos.
Fotografiar este tipo de escenas era una característica que en su época lo consideraban como algo erótico y mucho más si se producía en la calle. Por eso su fotografía era muy nueva y transgresora. Mediante su técnica conseguía captar momentos casuales. Esta rapidez a la hora de capturar las imágenes en milésimas de segundo que en la actualidad no supone demasiado esfuerzo, por aquellos años era casi imposible. Por lo tanto se convertía en fundamental: estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado y con todo preparado para sacar la foto adecuada. Así, Doisneau es considerado uno de los padres del reporterismo gráfico de calle, gracias a esas fotografías robadas de milésimas de segundo.
Este breve análisis sobre la famosa fotografía de El beso captado ante el Ayuntamiento de París en 1950, nos muestra un claro ejemplo de cómo se pueden apreciar varios planos en las fotografías de Robert Doisneau. Un primer plano y el de mayor importancia: el de la pareja que se besa, otro segundo perteneciente al hombre que se encuentra de espaldas y bastante desenfocado, otro que tercero que corresponde al hombre con boina que camina por la calle, un cuarto de la chica situada detrás de la pareja, un quinto en el que otro hombre que camina a contracorriente del resto de la gente consigue dar movimiento y transmitir fugacidad a la imagen, el sexto en el que se pilla a un señor con sombrero y que consigue “cerrar” la imagen y por últimos los otros dos planos correspondientes a la circulación de los coches y la fachada del Ayuntamiento.
Esta característica peculiar y muy característica del fotógrafo francés es lo que consigue transmitirnos mucha información y captar cuestiones sutiles que rodean al beso. Hay mucho movimiento en esta imagen, no es solo una pareja besándose, es mucho más que eso. Es un momento casual, del movimiento de la cotidianeidad. Juega mucho con los modelos y lo casual del entorno, pero espera a que se produzca el momento en el que se unan todos los factores de forma natural. Y ocurre así en la mayoría de sus fotos.
(Enrique Carrascal)
Doisneau tomó en 1950 esta foto y desde entonces se han hecho millones de copias. Dos jóvenes veinteañeros, estudiantes de arte dramático posaron para el fotógrafo.
El enamorado Jacques Carteaud no conservó la fotografía firmada que Robert Doisneau (fallecido en 1994) le mandó. Por el contrario Francoise Bornet guardó la fotografía.
La enamorada actriz, Bonet, estudiante de arte dramático, hizo pública la existencia de la foto en 1992, cuando surgieron candidatos reclamando el cobro de derechos de autor.
El Beso. La foto de Doisneau se convirtió en el símbolo del París romántico de mediados de siglo. Todo comenzó cuando la revista estadounidense America's Life encargó al fotógrafo material gráfico para un reportaje cuyo tema sería el Amor en París. Robert Doisneau observó a una pareja de enamorados en un café parisino besándose y fue entonces cuando les propuso una actuación en la calle, concretamente ante el Ayuntamiento de París.
La foto la tomó en 1950, cuarenta años más tarde se habían vendido más de 400.000 copias. "Le Baiser de l'Hotel de Ville", su título original, en forma de calendario, postales o carteles dieron la vuelta al mundo a mediados de los años 80.
El enamorado Jacques Carteaud no conservó la fotografía firmada que Robert Doisneau (fallecido en 1994) le mandó. Por el contrario Francoise Bornet guardó la fotografía.
La enamorada actriz, Bonet, estudiante de arte dramático, hizo pública la existencia de la foto en 1992, cuando surgieron candidatos reclamando el cobro de derechos de autor.
El Beso. La foto de Doisneau se convirtió en el símbolo del París romántico de mediados de siglo. Todo comenzó cuando la revista estadounidense America's Life encargó al fotógrafo material gráfico para un reportaje cuyo tema sería el Amor en París. Robert Doisneau observó a una pareja de enamorados en un café parisino besándose y fue entonces cuando les propuso una actuación en la calle, concretamente ante el Ayuntamiento de París.
La foto la tomó en 1950, cuarenta años más tarde se habían vendido más de 400.000 copias. "Le Baiser de l'Hotel de Ville", su título original, en forma de calendario, postales o carteles dieron la vuelta al mundo a mediados de los años 80.
En 1993 "El Beso" fue llevado a juicio. Una pareja afirmaba haberse reconocido en la imagen y reclamaban su porción del pastel. Por aquel entonces, empezaron a aparecer mujeres y hombres asegurando ser los amantes de la obra y planteando demandas de derecho de imagen, aquella mentira que hacía creer que era una instantánea improvisada no pudo mantenerse. El fotógrafo ganó el juicio al presentar como prueba la serie completa de fotos tomadas en distintos puntos de París con la misma pareja. La había encontrado en un café cerca de la escuela de teatro y les había propuesto posar para la foto. Françoise Bornet, la protagonista real de la foto junto a su novio de entonces, Jacques Carteraud, decidió descubrir su secreto: quería un porcentaje de las ganancias. Otra vez Doisneau ganó en los estrados: pudo comprobar que había pagado el trabajo de Bornet y su compañero. La pareja vendió la copia de su foto que le regaló Doisneau a un coleccionista suizo que pagó por ella 155.000€ en 1992. Más tarde, reconocería el propio autor: "No es una foto fea, pero se nota que es fruto de una puesta en escena, que se besan para mi cámara."
Al fotógrafo se le han dedicado más de un centenar de libros y varias películas. Del cartel de El beso se han vendido más de 500.000 ejemplares en todo el mundo.
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