La triste historia de Bobby Greyfriar, el pequeño terrier que estuvo sentado en la tumba de su dueño durante 14 años, fue embellecida desde su muerte desde 1872. Pero aunque muchos no se lo crean, es una historia real.
Como la mayoría de las grandes ciudades, Edimburgo tiene estatuas de sus personajes más ilustres. Sin embargo, resulta curioso e inusual que la estatua más famosa de Edimburgo sea la de un perro. La estatua de Bobby se puede encontrar afuera del Bar Geyfiars Bobby, un pub famoso por esta asociado a la historia de este perro. En la iglesia del cementerio de Greyfriar, una placa en su memoria recuerda a este entrañable animal.
Bobby era un pequeño perro terrier, raza de perros reconocida por su tenacidad y coraje. Perteneció a un hombre de Edimburgo, cuya identidad ha sido objeto de muchas discusiones. Sin embargo, todas las historias coinciden en un punto: después de la muerte de su amo, Bobby pasó el resto de sus 14 años sentado sobre la tumba de su amo. Hiciera frío, lloviera o nevara, ahí estuvo Bobby, acompañando a su amo hasta la muerte.
Es seguro que Bobby existió, aunque algunos en Edimburgo lo vean como una leyenda local. Una de las pruebas de su existencia fue el hecho de que, en enero de 1872, el famoso periódica The Scotsman de Edimburgo, anunció la muerte del perro Bobby quien había permanecido 14 años sobre la tumba de su amo.
En 1881, el duque de Gloucester inauguró una placa en honor de Bobby, en un homenaje realizado por la Sociedad Protectora de Animales de Escocia.
Anda mira que curioso. Esta historia yo si la había oido alguna vez, porque me llamo Roberto y siempre me decían Bobby como a los perros, jejej y me interesé por el tema y conocí la historia del perro fiel. Buen blog y buenas curiosidadELS.
ResponderEliminarsobre todo la de Drácula que es muy buena.
He entrado en tu blog ya que he visto que lo has comentado en el face!
Un besazo de tu amigo Rober!
Rober.... q tal, gracias por visitar my blog. ILU.
ResponderEliminarSi se te ocurre alguna historia curiosa ya sabes!